Hace cosa de 3 o 4 días me llegó el número de octubre de la revista Visual a la que estoy suscrita des de las navidades pasadas (regalo del mismo tío que me regaló la agenda Moleskine que cito en la entrada anterior). En la primera página, firmada por no se sabe quien, hay una entrada titulada Gallardón, suspenso en "presentación" que habla del logo de la candidatura para los juegos olímpicos de Madrid y de su eslogan. ¡Y cómo habla! De putrefacto hacia abajo, pero tiene toda la razón, caramba. Si yo fuera madrileña moriría de vergüenza al leer la valoración del COI sobre la presentación: "Calidad variable". O para que se entienda "cero patatero". ¿Pero claro, que puede esperarse de un logo que sale de un concurso con plagios, sistemas de votaciones sospechosos y con media comunidad de diseñadores hasta las mismísimas narices (y pido perdón por este vocabulario tan de andar por casa) porque la profesionalidad resultó ser un valor negativo?
Y el eslogan, ¡qué eslogan! Si una ciudad está tan supuestamente segura de que está a la altura de las expectativas de ciudades como Chicago o Rio, ¿a santo de que el logo “tengo una corazonada”? ¿Pero una corazonada no es eso que se dice cuando no se tienen argumentos para apoyar una opinión?
Yo no entiendo como había tanta gente segura de que había una posibilidad para Madrid. Hay personas para todo dicen.
¡Qué ancha es España!
Y el eslogan, ¡qué eslogan! Si una ciudad está tan supuestamente segura de que está a la altura de las expectativas de ciudades como Chicago o Rio, ¿a santo de que el logo “tengo una corazonada”? ¿Pero una corazonada no es eso que se dice cuando no se tienen argumentos para apoyar una opinión?
Yo no entiendo como había tanta gente segura de que había una posibilidad para Madrid. Hay personas para todo dicen.
¡Qué ancha es España!
